De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?
Porque para optar a la salvación, indispensable condición es no pecar, oh Cristo.
Y sin un verdadero arrepentimiento, será nuestra condenación el más pavoroso destino.
Únicamente la intención y el pensamiento del corazón consagrado, nos guardará en la esperanza bienaventurada del Santo Espíritu.
La Biblia dice: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Y también: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Revestirse de irreprensible discípulo, oh Señor, es el galardón de los gloriosos anhelos,
para en el día postrero ser salvo.
Mantén firme el timón del arado,
con la mirada invariablemente fija en el Alfa y la Omega.
Y la unción de los surcos rectos te harán bienaventurado,
para que la santa semilla sea tu incorruptible siega.
La pandemia presente, oh Omnipotente Creador,
es una grandísima prueba para la inicua humanidad.
¿Por qué será meridianamente comprensible para los que te traspasaron, oh Altísimo Redentor,
que en la humillación de tu cruz está la verdad?
Oh gran Yo Soy, Tú eres muy celoso de tu gloria,
y nadie verá tu rostro sin santidad.
Porque para ser coronado en victoria,
habrás de superar la angosta senda; y ceñido serás por el sagrado gozo de eternidad.
Paz de Cristo
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