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jueves, 21 de mayo de 2020

SALMO 3:3 EN CRISTO

Mas Tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 
Con mi voz clamé a Jehová, y Él respondió desde su monte santo.
Sé, que tu gozo, oh Señor, es mi fortaleza;
y todas mis oraciones, oídas son en tu santuario.

Oh mi Cristo, tu omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia resultan ininteligibles para el humano entendimiento;
pero tus magnificentes poderes, como un milagro sobrenatural  hemos de contemplarlos.
Y anhelantes hemos de estar, oh Altísimo Señor, de tu sagrado aliento,
que es el perfecto sustento de los santos.

La Biblia dice; Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
¿Habrá algo imposible para ti, oh Omnipotente Redentor?
En tu nombre, oh Señor Jesús, se cimienta la ubicua vigilancia, 
que nos preserva de todo obscuro temor.

Porque para siempre es tu misericordia, oh Alto y Sublime.
Y la pureza del viento de Sion, 
de poderes eternos nos concierne,
para dar vida al fluctuante corazón.

Únicamente la estrella resplandeciente de la mañana, 
da luz a la senda de salvación.
Entesa el arco y de saetas aprovisiona tu  aljaba,
para que el Señor y Salvador Jesucristo, te ciña de celestial unción.
                         Paz de Cristo 












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