Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.
Eterno refugio es tu piedad, oh Santo de Israel.
En tu luz inmarcesible tenemos la certeza,
de que cada mañana serán nuevas tus misericordias, y que ningún imposible te impedirá ser fiel.
La Biblia dice: Y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
No constriñas tu ceño; porque el agua viva del cielo en tu interior se desborda santamente.
La Shekina es el Espiritu de Jehová en el yermo desierto,
que dará ilimitado sustento al pueblo que en el Rey de reyes permanece.
Y también: Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de su hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.
¿Qué Dios como Tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericodia.
Sí, porque el que circuncida el prepucio de su corazón;
hará de su alma el resplandor de una estrella, transformando en pureza toda su inmundicia.
La Palabra nos descubrirá los misterios eternos;
si nuestro espíritu, alma y cuerpo se adentran en las profundidades de su sagrada sabiduría.
Y, oh Señor, tu gracia recibiremos;
si en todo tiempo nuestro ser en ti se gloría.
La salvación es el culmen de nuestra eterna existencia.
Y será en un de repente, oh Rey de la gloria,
tu excelsa diestra,
la que no guarde en su morada de excelencia.
Paz de Cristo
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