Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Dios es la verdad eterna, Él nunca se equivoca.
Los designios del Señor son inescrutables;
y has de tener tu corazón dispuesto,
para ser obediente a su Palabra majestuosa.
El fingimiento en el ser humano, no tiene limites;
independientemente del cargo que ocupe.
Porque, oh Cristo, de la llenura del Santo Espíritu se sustentan los consagrados mimbres,
que en tus genuinos siervos su santidad define.
Jesús, dijo: Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.
Porque nadie puede pretender en su perversa inmundicia, por acción o por omisión, silenciar la predicación poética del Todopoderoso Señor Jesucristo.
Oh Cristo Redentor, Tú te manifestaste en carne, para con santísima pureza a tus benditas almas amar;
y guardarlas en tu sagrado gozo, que es la inexpugnable fortaleza de nuestro espíritu.
La Biblia enseña: Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creacion de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frio o caliente, te vomitaré de mi boca.
¿Por qué el Alfa y la Omega ha puesto algún impedimento, para que el discípulo de espíritu ferviente;
en su misión hasta lo último de la tierra, anuncie el Evangelio que dé al Altísimo Señor toda la gloria?
Jesús, también dijo: Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.
Nadie podrá oponerse, oh Señor, a tus infalibles veredictos;
porque evaluarás en cada corazón, el peso de la verdad perfecta.
Paz de Cristo
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