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jueves, 28 de mayo de 2020

JUAN 6:51 EN CRISTO

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
¿Eres del santo linaje de Cristo?
Sí, en tu nombre, oh Señor Jesús, hemos sido libertados del pecado nauseabundo,
por la gracia del Santo Espíritu.

Todos fuimos cizaña en la áurea pureza del trigo.
Y un radiante día, Dios nos escogió para darnos vida eterna.
Él nos sacó del tenebroso abismo,
para darnos el conocimiento de la santificación plena.

Del celestial santuario, 
surge el bello proceso de la humana salvación. 
Es Dios manifestado en carne, el que nos ofrenda el proceso de santidad más identitario,
para transformar nuestro endurecido corazón.

En la Sagrada Palabra, 
se nos da revelación de los misterios eternos. 
Y en síntesis: el Señor que más nos ama;
un nuevo mandamiento nos dio, diciendo: ¡Qué unos a otros nos amemos!

La Biblia enseña: Y Jesús camino de Emaús les dijo: ¡oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
¡Y, oh Fiel y Verdadero, Tú eres el pan de vida que hizo el milagro; cuando al partir el pan, les fueron abiertos los ojos de la eterna victoria!
                             Paz de Cristo 











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