La Biblia dice: Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y no sois vuestros?
Veta de la concupiscencia toda sombra; y que el fulgor de inconmensurable pureza,
siempre permanezca en la santidad de los consagrados siervos.
De Cristo es el olor fragante,
que en tu espíritu eternamente ha de emanar.
Y las espinas del tallo de la rosa serán la prueba hiriente,
de que, oh Señor, hasta la sangre te pude amar.
Cuando se perturba el gozo espiritual,
de algo inmundo sufrís asechanza.
En ese instante habréis de invocar el nombré del Señor celestial;
y postrados a sus pies, haréis frente a lo extremadamente sordido, con el poder de la alabanza.
Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
Si la gracia hace una incisión profunda en tu corazón,
a borbotones brotará la milagrosa paz de su sagrado manto,
y verás la gloria de su perdón.
Y también: Mientras Él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste.
Y Él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Sabed, que de la Sagrada Escritura, hasta la última tilde ha de cumplirse.
Y únicamente los fieles e incorruptibles hijos de Dios son los que se salvan.
Paz de Cristo
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