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martes, 27 de junio de 2023

EL FARISEO TAMPOCO SE CONMUEVE POR TU PREDICACIÓN POÉTICA, OH CRISTO

  • Jesús entonces les dijo: Si vuestro Padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. 
  • ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 
  • Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. 
  • ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no ne creéis?
  • El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
  • Oh mi Cristo, persevero en tu gran comisión;
  • sí; esto es, la universal predicación Cristocéntrica. 
  • Porque en tus genuinos siervos; no ha lugar ninguna diatriba, entre lo que pensáis, 
  • y lo que hacéis.
  • Y es que, es obvia la indefectible asignación de gloria; porque de transcendencia eterba es la obra de tus auténticos hijos consagrados. 

  • Oh Cordero inmolado, 
  • Tú eres nuestro frontispicio perfecto. 
  • No en vano, verbalizaste: Consumado es. Porque en tu glorioso sacrificio de la cruz del Calvario,
  • nos diste a conocer quien es el Soberano Padre Eterno. 

  • Oh Hijo del Hombre, 
  • en numerosas ocasiones de tu ministerio público,
  • nos fue revelado el majestuoso nombre, que es sobre todo nombre:
  • piedra angular para darnos a conocer al Todopoderoso Señor Altísimo.

  • Oh Santo de Israel, 
  • asidos estamos a tu excelsa diestra.
  • Y por fe y para fe,
  • permaneceremos predicando el Evangelio de la gracia, hasta lo más ignoto de la tierra. 

  • Oh Rey de la gloria,
  • Tú nos has enseñado el extremo regocijo de la senda angosta. 
  • Y estaremos en victoria, 
  • toda vez que para su cumplimiento nos hable la Sagrada Palabra, que nunca vuelve vacía por ser viva, eficaz e inconmensurablemente exacta.
  •                      Paz de Cristo 

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