- La Biblia dice: Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado,
- para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios.
- Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgias, disipación y abominables idolatrías.
- A estos le parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
- pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.
- Oh mi Cristo, tu gloriosa obra en el disoluto, es que sea al fin santificado;
- porque su libertad espiritual, pasa por la redención de todos sus pecados.
- Y después de purificar sus inmundicias,
- ya redarguye con plena conviccion las iniquidades que le asolaban,
- al haber raido de su alma los estigmas perversos.
- La Biblia enseña: Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.
- Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.
- ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia, longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
- Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesorar para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
- el cual pagará a cada uno conforme a sus obras:
- vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
- pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;
- tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también griego,
- pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego;
- porque no hay acepción de personas para con Dios.
- Oh Soberano Jesucristo,
- nadie te verá, sin estar revestido de tu santidad.
- Porque en tu eterno pensamiento,
- han de estar concernidos los siervos consagrados,
- para que resplandezcan sus almas,
- por ser celosas en el cumplimiento de la verdad;
- porque superados los tiempos de su estulticia,
- se ciñeron la coraza del heraldo probo,
- que predicó hasta los confines de la tierra el Evangelio,
- dando la gloria al Rey de reyes y Señor de señores por todos los convertidos.
- Oh Cristo Jesús,
- la inconmensurable disposición de amar al prójimo en tu glorioso nombre;
- no se verifica con la impostura de vanas palabras, sino con los hechos irrefutables, espiritualmente confirmados por la majestuosa luz,
- que irradia hasta los confines del universo el Hijo del Hombre.
- Oh gran Dios,
- emular lo que enana tu santidad,
- ha de ser el más ferviente propósito de los que se tildan de consagrados;
- para que por enésima vez, no reincidan en la farisaica vanidad.
- Oh Alfa y Omega,
- la distorsión de tu santísima verdad se ve agraviada por la aberrante indiferencia de los que predican el amor fraternal y la irrenunciable comunión de los hermanos.
- Porque el que manifiestamente echa sin ningun rubor a la papelera la poesía Cristocéntrica;
- redunda en el desconocimiento del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, que dio su vida por toda la humanidad en la cruz del Calvario. Y con una conciencia espuria, exhorta la Sagrada Palabra a los que tienen la irreprensible convicción de ser en el día postrero salvos.
- Paz de Cristo
martes, 6 de junio de 2023
SUPLIR LA NECESIDAD ESPIRITUAL DEL PRÓJIMO, ES LA PIADOSA ACTITUD DE AMAR EN CRISTO
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