- La Biblia dice: Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono;
- y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
- y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.
- He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
- Oh mi Cristo, por ser tu siervo genuino,
- de tu gracia con firmeza he de sustentarse.
- Y la Cristocéntrica gloria mi final es,
- para estar eternamente contigo, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, en la nueva Jerusalén.
- Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
- Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
- Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mi viene, no le echo fuera.
- Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
- Y ésta es la voluntad del Padre que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
- Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
- Oh Rey de reyes, a tus verdaderos siervos con la Sagrada Palabra confrontarás,
- para que sobre ningún precepto flaqueéis.
- Y la pondréis por obra,
- para arrostrar al que por acción o por omisión la falseó.
- Porque tu justo juicio,
- oh Señor, definirá nuestro perfecto sendero.
- Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- Y fue, oh Dios, tu luz admirable la que nos rescató de las inmundas tinieblas.
- Tú eres, oh Santo de Israel, la estrella resplandeciente de la mañana,
- y de su radiante luz nuestra alma fue revestida,
- para guardarse de las entenebrecidas sendas.
- Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
- Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y saltadores; pero no los oyeron las ovejas.
- Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
- El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
- Oh Santo, a tus piedades claman con fervor nuestras almas,
- porque ellas nos proveen las celestiales esencias.
- Y por tu inmensa misericordia seremos salvos,
- oh Señor, en tus moradas de eterna excelencia.
- Jesús, enseña: Yo soy el buen pastor, el buen pastor su vida da por las ovejas.
- Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.
- Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
- Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
- así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre, y ponga mi vida por las ovejas.
- Oh gran Dios, el que tenga oídos, oiga tus poderosas sentencias.
- Aquí nos hablas, oh Eterno, de tu santa paciencia,
- para actuar siempre con tus clemencias;
- y que no se arredren,
- ante los que vierten sobre ellas sus inmundicias sépticas.
- Le dijo Jesús, Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
- Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
- Para ser gloriosamente santos, toda nuestra perversión raerá,
- nuestro Omnipotente Señor Jesucristo.
- Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- Y si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
- Oh Alfa y Omega, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Sí, Tú eres el único Dios, oh Soberano Señor Jesucristo.
- Jesús, constata: Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
- Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
- Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
- Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
- Oh Sumo Hacedor,
- ser tu hijo es un auténtico prodigio;
- y me falta un glorioso paso, para en tu santo nombre ser bienaventurado.
- Y perseveraré hasta el fin,
- para en la gloria tu santa faz ver.
- Paz de Cristo
miércoles, 14 de junio de 2023
SÉ DEL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA EN CRISTO
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