- Jesús, dijo: Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
- Oh mi Cristo, perseveraremos contigo hasta el fin;
- los probos siervos, que en tu glorioso nombre hemos podido creer.
- Oh Cristo Redentor,
- te inmolaste en la cruz del Calvario,
- para redimir al inicuo pecador,
- y hacerle propicia la senda de gloria del eterno santuario.
- Oh Sumo Alfarero,
- no todos entendieron tus bíblicos preceptos.
- Y en tu sobrenatural rueda moldeaste al vaso roto, para hacer uno auténticamente nuevo,
- revestido de la bendita gracia de los cielos.
- Oh Rey de reyes,
- tu poder está al margen de nuestro efímero tiempo terrenal.
- Por eso, tus misericordias y favores,
- son una bendición celestial.
- Oh Cristo Jesús,
- indeleble es tu sagrada huella, porque su resplandor nos ciñe de la más grandiosa santidad.
- Y anhelamos traspasar el umbral de tu inaccesible luz,
- Oh Señor, para ser parte de la verdadera eternidad.
- Paz de Cristo
jueves, 8 de junio de 2023
NADA SOMOS SIN TU DIRECCIÓN, OH CRISTO
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