EL QUE NO AMA A SU HERNANO, NUNCA PODRÁ TENER TU MENTE, OH CRISTO

• La Biblia dice: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
• Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
• Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.
• Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos.
• Y otra vez: El Señor conoce los pensamiento de los sabios, que son vanos.
• Oh mi Cristo, todo lo que es celestialmente trascendente en tu glorioso nombre lo contemplamos;
• porque en esa bendición, interviene la sobrenatural fe.
• Y este poderoso desagravio,
• es la prodigiosa heredad, oh Fiel y Verdadero, de los que en tu santísima gloria creemos;
• y es que, antes de la fundación del mundo, nos asignaste ser tus genuinos heraldos.
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• La Biblia enseña: Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 
• El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
• Oh Santo, en el cielo no tendrán cabida los despiadados, 
• al ser diametralmente opuestos, a los que has sellado con tu bendito candor 
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• Oh Alto y Sublime,
• en tu santuario eterno,
• decidiste escoger a los que habían de ser tus verdaderos siervos bíblicamente, 
• para que sus nombres,  desde la eternidad y hasta la eternidad, figuren escritos en el radiante cielo.
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• Oh Sumo Hacedor, 
• nada quisiste que nos  fuera oculto, siendo la excepción el día que arrebatarás a tu amada Iglesia.
• Porque a los que hemos creído en tu majestuoso nombre, oh Rey de reyes,
• nos has dado provisión del celestial altar de inmarcesible pureza.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• nuca tu gracia la recibió alguien en vano;
• porque el que ha creído en tu santo nombre, 
• tuvo acceso a tu mente, oh Cristo Jesús, para amar con el alma a su hermano.
•              Paz de Cristo