- Alaba, oh alma mía a Jehová.
- Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva.
- Oh mi Cristo, tu mano siempre nos asirá,
- para tornar la obscuridad en luz, en la sórdida deriva.
- No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.
- Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos.
- Oh Santo de Israel, preserva nuestro corazón,
- de los ignominiosos y letales tiempos.
- Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios,
- el cual hizo los cielos y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay; que guarda verdad para siempre,
- que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos, Jehová liberta a los cautivos.
- Oh Señor de señores, Tú conoces a tus auténticos siervos,
- y resarcirás a cada uno de lo que adolece,
- para revertir sus perversos desatinos.
- Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caidos; Jehová ama a los justos.
- Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos transtorna.
- Oh Hijo del Hombre, todos tus pasos son excelsos,
- en todos ellos el resplandor es de gloria.
- Reinará Jehová para siempre; tu Dios, oh Sion, de generación en generación. Aleluya.
- Tú, oh Rey de la gloria, eres el único Salvador.
- Oh Alfa y Omega,
- para abrir la puerta de la salvación, confiamos en la gracia de tu piadoso amor.
- Paz de Cristo
viernes, 30 de junio de 2023
SALMO 146:1,2 EN CRISTO
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