- La Biblia enseña: Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.
- Estad siempre gozosos.
- Orad sin cesar.
- Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
- No apaguéis al Espíritu.
- No menospreciéis las profecías.
- Examinadlo todo; retened lo bueno.
- Abstenerse de toda especie de mal.
- Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
- Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.
- Oh mi Cristo, son tus siervos consagrados,
- los que dan los correctos pasos.
- Porque sólo el que puede amar,
- es del que emana luz.
- Oh hijo del Altísimo Cristo,
- si como irreprensible siervo en Él te glorías,
- es porque te reconoces en el Eterno,
- para morar en su gloria celestial.
- Oh Santo Espíritu,
- únicamente en tu verdad, mi alma se regocijará.
- La Biblia constata: Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
- El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón.
- El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino.
- Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová.
- El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;
- quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho.
- El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
- Oh Hijo del Hombre,
- ¿quién va por la calle ancha, sino el profano?
- Y es que, para loar tu santo nombre, de nada sirve el recurso de la razón.
- Oh Rey de reyes, tu asignado propósito, ha de ser nuestro primordial y único destino;
- y el que se someta a su cumplimiento, este vencerá.
- Que nunca te embauque la mundanal inercia;
- toma con pulso firme el timón del arado, para que el surco de gloria sea indefectiblemente recto.
- Oh Alto y Sublime,
- tu piedad no tuvo límites con el hijo de perdición.
- Tanto le consentiste,
- oh Señor, que te vendió por treinta monedas de plata, consumando su vil traición.
- Oh Fiel y Verdadero,
- inconmensurable es la deuda contraída contigo en la cruz del Calvario.
- Y por tanto, en el día postrero;
- separarás a las ovejas de los cabritos, en el justo juicio de tu eterno santuario.
- Oh Alfa y Omega,
- Tú has sido intachable,
- en llevar a término cada bíblica promesa.
- Y clamamos con el espíritu quebrantado, oh Cristo Redentor, a tu gran misericordia,
- para que tengas piedad y laves nuestros pecados con tu majestuosa sangre;
- librándonos así, de la infernal condena.
- Paz de Cristo
miércoles, 21 de junio de 2023
INTERIORIZA LA ÚNICA Y PERFECTA VERDAD EN EL TODOPODEROSO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO
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