- La Biblia dice: Por tanto, si hay alguna consolación, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún efecto entrañable, si alguna misericordia,
- completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
- Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demas como superiores a él mismo;
- no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
- Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
- el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
- sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
- y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
- Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
- para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
- y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
- Oh mi Cristo, de tu eterna magnificencia,
- habla con meridiana precisión la excelsa diestra.
- No existe mayor humildad que la tuya, oh Altísimo,
- porque en tu sacrificio de cruz, la vida fue manifiesta en tus genuinos siervos.
- Y de tu majestuosa luz,
- nuestro ser pudo revestirse,
- con las más bellas bendiciones.
- Y concernidos, oh Señor, por tu indubitable plenitud,
- oh Hijo del Hombre,
- será nuestra morada contigo en la gloria;
- ya que por tu gran misericordia, a tus irreprensibles heraldos preparaste.
- Oh Cordero inmolado,
- después de tu muerte, y yacer tres días en el sepulcro,
- el universo resplandeció, por ser el primogénito de los muertos resucitado.
- Y gracia sobre gracia ofrendaste, oh Rey de reyes, al que anheló ser eternamente tu perfecto siervo.
- Oh Santo de Israel,
- por ser Dios manifestado en carne, tu fragancia celestial se posó en todas las hendiduras de la tierra.
- Guardaste, oh Señor, al que en tu sobrenatural nombre tuvo fe;
- y no tuvo ningún impedimento, para testificar de tu bendita gloria.
- Oh Sumo Alfarero,
- el que pasó voluntariamente por tu prodigiosa rueda,
- purificó sus obscenas inmundicias para ser un vaso nuevo;
- bendecido, oh Justo, por tu excelsa diestra.
- Oh Cristo Jesús,
- nadie somos merecedores de tu santísima gloria.
- Pero, oh Soberano, vivir por la eternidad en tu inaccesible luz,
- es exclusivamente para los siervos que avanzan gozosos por la angosta senda, haciendo el surco recto hasta la final victoria.
- Paz de Cristo
jueves, 1 de junio de 2023
HUYE DE LA ALTIVEZ, SÉ MANSO Y HUMILDE EN CRISTO
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