- Jesús les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.
- Y la copiosa pesca no se hizo esperar: fueron grandes peces, hasta un total de ciento cincuenta y tres.
- Oh Rey de reyes, tus sobrenaturales milagros, no los puede creer el que no ha recibió, oh Señor, tu fe suigéneris;
- porque estos prodigios no se pueden racionalizar, aunque hubieran estado presentes para poderlos ver.
- Oh Cordero inmolado,
- la dureza de corazón de tus discípulos, determinó su incredulidad acerca de tu gloriosa resurrección.
- Y tuvieron que palpar tu llaga, y cerciorarse de los orificios hecho por los clavos en tus pies y manos; para al final decirles: El que cree sin ver, este es bienaventurado.
- Y así podrás asumir el más inverosímil milagro, que haga de facto el Altísimo Señor.
- Oh Santo de Israel,
- todos tus milagros fueron hechos, para que se manifestara tu excelsa gloria.
- Y en todos ellos se dio la bendición culmen,
- con el sello de la sobrenatural victoria.
- Oh Alto y Sublime,
- la grandiosidad de tu gozo, es nuestra inexpugnable fortaleza.
- Y anhelamos ser arrebatados con tu amada Iglesia, hasta las nubes;
- para que ser salvos, sea una gloriosa certeza.
- Oh Hijo del Hombre,
- cuando uno ha interiorizado que en el día postrero podrá ver tu santa faz;
- no se ajusta más a su ser, que adorar tu majestuoso nombre,
- oh Santo, para al fin morar contigo en la eternidad.
- Paz de Cristo
domingo, 4 de junio de 2023
LO QUE PARA EL SER HUMANO ES IMPOSIBLE, ES POSIBLE EN CRISTO
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