- La Biblia dice: Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
- El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
- Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
- Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
- esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
- Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
- Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.
- Oh mi Cristo, tu estela bendita sirve de guía,
- al espiritualmente sediento.
- Y por tus genuinos heraldos, a lo largo y ancho del mundo, las Sagradas Escrituras serán predicadas,
- para dar de gracia, lo que de gracia pudimos recibir.
- Pero los cielos no santificarán,
- a los tibios llenos de impudicia;
- y por tanto, contrarios a la santísima verdad.
- La Biblia enseña: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
- Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.
- Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón.
- He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;
- produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
- Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
- No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.
- Oh Rey de reyes, tus santos siervos serán glorificados.
- Y no habrá ninguno de ellos, que por tu excelsa diestra fuere desechado.
- Sin embargo, al que sea de perdición,
- al que obedece a los instintos malvados,
- a este desecharé;
- e irá al lago de fuego,
- que es el lugar de vergüenza y confusión por la eternidad para los malditos.
- Oh Sumo Hacedor,
- guárdanos del espíritu pusilánime y cobarde.
- No permitas que el maligno impregne nuestra alma de su séptico hedor,
- para caer en el obscurantismo de su muerte.
- Oh Cristo Redentor,
- no sería explicable tu muerte, sepultura y resurrección, sin que la perversa maldad del impío, tuviera que lacerar y crucificar para su propia redención, tu cuerpo santo.
- Y fue por tu excelso amor,
- oh Rey de la gloria, por lo que tuviste conmiseración del ser humano, y para darle vida descendiste de tu eterno santuario.
- Oh Sumo Alfarero,
- en tu sobrenatural rueda,
- a puesto su esperanza para ser un vaso nuevo;
- si de gracia, oh Señor, le hace incorruptible la sagrada senda.
- Paz de Cristo
jueves, 15 de junio de 2023
LAS PROMESAS SE CUMPLIRÁN SIEMPRE EN TU TIEMPO, OH CRISTO
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