TU AFLICCIÓN SE RESUELVE EN CRISTO

• Jesús, dijo: Si me amáis, guardad mis mandamientos. 
• Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre:
• el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora en vosotros, y estará en vosotros. 
• No os dejaré huerfanos; vendré a vosotros.
• Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
• En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 
• El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 
• Oh mi Cristo, tus bíblicos preceptos, 
• darán su espiritual resplandor eternamente.
• Y por ser celosos, 
• en poner por obra sus vivificantes versiculos, 
• os santificareis.
• Y porque sois mis auténtico siervos,
• con la excelsa diestra os sustentaré.
• 
  
• Oh Hijo del Hombre, 
• en tu verdad existe una irrefutable certeza. 
• Y Tú, oh gran Yo Soy, nos has revelado tu majestuoso nombre, 
• para recibir de gracia la salvación eterna. 
• 
  
• Oh Santo, 
• todo el texto bíblico para vencer al imperio de la muerte, 
• viene pormenorizado en el Sagrado Escrito, 
• y fue definido en el gloriosa eternidad indefectiblemente.
• 
  
• Oh Eterno, 
• es tu multiforme gracia, la que nos resuelve toda aflicción. 
• Y porque sabemos, que tu provisión desciende del cielo, 
• te honramos, oh Señor, no solo de labios, sino de todo nuestro corazón. 
• 
  
• Oh Sumo Hacedor, 
• tus genuinos siervos, gracias te damos por tu celestial bendición. 
• Y es que, en nuestro enderredor, 
• aún es audible el eco universal,  oh Rey de la gloria, cuando verbalizaste para nuestro regocijo, tu majestuoso e indeleble perdón.
•                              Paz de Cristo