EL PECADO, CAUSA DE MUERTE, OH CRISTO

• La Biblia dice: He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová. 
• Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra.
• A espada morirán todos los pecadores de mí pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
• Oh mi Cristo, un viento abrasador les sorprenderá, 
• a los que hicieron desdén de tu excelsa diestra;
• y no retuvieron la corona celestial. 
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• La Biblia enseña: ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
• Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 
• Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. 
• Oh Santo de Israel, tu genuino discípulo de nada adolece,
• porque la santa paciencia le sustenta;
• y no conlleva agravio, cuando le es ligera toda carga al irreprensible siervo.
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• Oh Hijo del Hombre, 
• tu manifestación en carne, ha sido el hecho más glorioso, que ha acontecido en la tierra. 
• Por tanto, el que no crea en tu majestuoso nombre, 
• no alcanzará la salvación eterna.
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• Oh Sumo Alfarero, 
• en tus manos, la sagrada rueda,
• esta dispuesta día y noche a hacer del impío un vaso nuevo, 
• siempre que su alma esté dispuesta. 
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• Oh Cristo Jesús, 
• nada trajimos, y nada nos llevaremos.
• Pero anhelamos traspasar el umbral de tu inaccesible luz, 
• para morar en tus sobrenaturales e inmarcesibles aposentos.
•                    Paz de Cristo