- Lejos está lo que fue; y lo muy profundo, ¿quién lo hallará?
- Me volví y fijé mi corazón para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error.
- Oh mi Cristo, de tu diestra se asirá,
- el siervo genuino que anhela con ilimitado celo tu majestuoso amor.
- Oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo,
- en tu templo destruido, al diablo le fue imposible encontrar espirituales fisuras.
- Y es que, su sagrada reconstrucción, la hizo el Santo Espíritu desde la gloria en las alturas.
- Oh Santo de Israel,
- únicamente tus santos discipulos, llegarán al conocimiento de que desde la eternidad y hasta la eternidad, el invariable texto bíblico es el grandioso propósito que conforma sus vidas.
- Y no reviertas, sino sobre la justicia de la fe,
- el devenir de todas las vicisitudes, que en el nombre de Jesús serán totalmente bendecidas.
- La Biblia dice: No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
- Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que éstos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.
- Oh Sumo Hacedor, de lo recibido de gracia somos tus incondicionales siervos;
- y no doblegará al profano la gracia; si en el Señor no se gloría.
- Oh gran Yo Soy,
- el fatuo se escuda en su ignorancia, para decir: El ser humano, hizo de Dios una invención.
- Pero se habrá dado cuenta, de que nunca verá el aire que respira hoy;
- y que, además, vivifica de manera absolutamente involuntaria el latido de su libérrino y aguerrido corazón.
- Paz de Cristo
viernes, 18 de junio de 2021
ECLESIASTÉS 7:24,25 EN CRISTO
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