ROMANOS 6:22,23 EN CRISTO

• Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
• Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
• Oh mi Cristo, con tu Sagrada Palabra, reviertes la obscuridad en luz, de toda alma abyecta;
• para que venido el día postrero, en su morada de gloria vea al Eterno. 
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• La Biblia dice: La obra del justo es para vida; mas el fruto del impío es para pecado.
• Camino a la vida es guardar la instrucción; pero quien desecha la reprensión, yerra.
• Oh Altísimo Señor Jesucristo, Tú viniste para convertir al perdido en bienaventurado;
• y para tan glorioso fin, le predicaste las buenas nuevas de salvación eterna. 
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• Jesús, dijo: Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
• Así que, por sus frutos los conoceréis. 
• Oh Alfa y Omega, con denuedo ha de ser anunciado el Evangelio;
• y por el celo de su predicación, con vestiduras blancas al atalaya veréis.
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• Jesús, enseña: No os hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orin corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orin corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
• Porque donde este vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 
• Oh Alto y sublime, las almas inmundas, el umbral de la gloria no podrán traspasar;
• porque en su abismal obscurantismo, aborrecen la radiante luz del paraíso con su disoluta perversión.
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• Jesús, asevera: Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. 
• Para tus genuinos siervos, oh Señor, no existe mayor prerrogativa que la eterna salvación. 
• Oh Sumo Hacedor, los verdaderos adoradores son los que hasta el fin, en tu nombre perseveran;
• y se han rendido a tus pies, rogando tu majestuoso perdón.
•                     Paz de Cristo