SI SIEMBRAS LA SEMILLA, SIEMPRE DARÁ FRUTO EN CRISTO

• Jesús, dijo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.
• ¿Habrá algo imposible para el Santo de Israel?
• Crípticas son, oh Señor, las semillas por tu diestra creadas;
• y tan prodigioso es su fruto a la sazón, que en todas sus inescrutables formas interviene la providencial fe.
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• Oh mi Cristo, ante el proceso absolutamente incomprensible de entender como germina una semilla física;
• ¿cómo vamos a percibir el crecimiento de la profética Palabra, hasta alcanzar la estatura del varón perfecto? 
• Y es que, oh Rey de reyes, en tu gracia, exponencialmente todo se multiplica,
• hasta ser ceñidos por los sobrenaturales mimbres del eterno sustento.
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• Oh Sumo Redentor, 
• si no es por fe, como va a interiorizar tu inmolación en la cruz del Calvario el paganismo mundano.
• Y, además, llegar al punto culminante, oh Rey de la gloria, de que tu muerte fue para dar vida al pecador,
• redimiendo y justificando su execrable pasado.
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• La Biblia dice: Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 
• Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. 
• Nada somos sin ti, oh Alto y Sublime; 
• porque tu magnificencia se hace visible, en el insólito resplandor de las estrellas 
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• La fe es el salvoconducto espiritual en Cristo, 
• que hace manifiesta su inefable gloria. 
• Y con el quebrantamiento de espíritu, 
• seas tú ofrendando el mayor sacrificio al gran Yo Soy, para la eterna victoria.
•                   Paz de Cristo