- Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, o el hijo del hombre, para que lo estimes?
- El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa.
- Oh Santo de Israel, ¿por qué nos sustentas con tan perfectos mimbres?
- Oh Soberano Señor, ¿tendrá algún día la humanidad, el grandioso conocimiento de tu existencia majestuosa?
- Oh Sumo Creador,
- hemos dado a lo excelso, la apariencia de vulgar.
- Y a tu eterno amor,
- lo hemos pisoteado en el inmundo lagar.
- Oh Altísimo Señor y Salvador Jesucristo,
- en la cruz del Calvario nos ofrendaste el más piadoso perdón.
- Y para que se cumpliera el Sagrado Escrito,
- fuiste al tercer día, oh Señor, el primogénito de los muertos resucitado que vive por los siglos; y nos diste vida y vida en abundancia, con el Espíritu de resurrección.
- Oh Sumo Hacedor,
- nos has permitido sojuzgar la tierra, con una mente en precario.
- Y hemos hecho desden de tu inconmensurable amor,
- oh Rey de reyes, profanando la belleza del eterno santuario.
- Oh Alfa y Omega,
- ¿confrontamos tu espacio y tiempo eternos, con nuestra efímera existencia?
- Si así fuere, oh Señor de señores, tu infalible balanza sagrada no daría crédito a tan execrable e infecta carga,
- ante el glorioso poder de tu magnificencia.
- Paz de Cristo
sábado, 19 de junio de 2021
SALMO 144:3,4 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario