- Oh mi Cristo,
- únicamete Tú das el grandioso privilegio, de ver por la piedad de tus sagrados ojos.
- Y el conocimiento nos lo ha dado el Santo Espíritu,
- por habernos engendrado como sus hijos gloriosos.
- Sí, porque vemos por los ojos del autor y consumador de la fe,
- que es Cristo Jesús.
- Y es que el mundo no ve,
- lo que sus consagrados siervos vemos por su inaccesible luz.
- Porque la convicción de pecado,
- ha sido la mayor ofrenda del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Tú también puedes traspasar el umbral del bienaventurado;
- si guardares obediencia al Sagrado Escrito.
- En las tablas de tu corazon,
- están esculpidos los nandamientos del Santo de Israel.
- Cuando te has santificado en ellos con la determinación,
- que esta encriptada en el poder de la fe.
- Gracias te doy, oh Rey de la gloria,
- por regocijarme en la paz, que sólo Tú puedes dar.
- Y es que en la final victoria,
- con el Eterno he de morar.
- Paz de Cristo
domingo, 20 de junio de 2021
LA GRACIA DE VER POR TUS OJOS, OH CRISTO
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