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domingo, 29 de octubre de 2023

JOB 17:1,2 EN CRISTO

  • Mi aliento se agota, se acortan mis días, y me está preparado el sepulcro.
  • No hay conmigo sino escarnecedores, en cuya amargura se detienen mis ojos.
  • Oh mi Cristo, 
  • Tú eres la estrella resplandeciente de la mañana; y en tu glorioso nombre, siempre hubo designios hermosos.

  • Dame fianza, oh Dios; sea mi protección cerca de ti. Porque ¿quién querría responder por mí?
  • Porque a éstos has escondido de su corazón la inteligencia; por tanto, no los exaltarás.
  • Al que denuncia a sus amigos como presa, los ojos de sus hijos desfallecerán. 
  • Oh Omnipotente Señor Jesucristo, Tú salvarás al que persevere hasta el fin.
  • Y a los que no hayan creido en tu santo nombre,  condenerás;
  • porque sus almas oscurantistas, en el lago de fuego y azufre eternamente se avergonzarán.

  • Él me ha puesto por refrán de pueblos, y delante de ellos he sido como tamboril.
  • Mis ojos se oscurecieron por el dolor, y mis pensamientos todos son como sombra.
  • Los rectos se maravillarán de esto, y el inocente se levantará contra el impío.
  • No obstante, proseguirá el justo su camino, y el limpio de manos aumentará la fuerza.
  • Oh gran Dios, ante tu inexpugnable fortaleza caerá la humanidad vil.
  • Pero en tu exaltación, oh Rey de la gloria, galardonarás al siervo que te adora.
  • Y habrá un lóbrego destino para el inicuo;
  • mas el que perseveró, morará en la gloria excelsa.

  • Pero volved todos vosotros, y venid ahora, y no hallaré entre vosotros sabio.
  • Pasaron mis días, fueron arrancados mis pensamientos, los designios de mi corazón. 
  • Pusieron la noche por día, y la luz se acorta delante de las tinieblas.
  • Oh Cristo Redentor, Tú derramaste la santísima verdad desde el glorioso santuario;
  • y el hijo de perdición,
  • te entregó a las hordas farisaicas.

  • Si yo espero, el Seol es mi casa; haré mi cama en las tinieblas.
  • A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; a los gusanos: Mi madre y mi hermana.
  • ¿Dónde, pues, estará ahora mi esperanza? Y mi esperanza, ¿quién la verá?
  • A la profundidad del Seol descenderán, y juntamente descansarán en el polvo.
  • Oh gran Yo Soy, los demonios saben que eres uno; y tiemblan.
  • Pero tus auténticos siervos, únicamente tienen el anhelo de la bienaventurada esperanza;
  • que a tu amada Iglesia arrebatará, 
  • hasta el sobrenatural firmamento. 
  •                Paz de Cristo

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