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lunes, 30 de octubre de 2023

JOB 19:13-15 EN CRISTO

  • Hizo alejar de mí a mis hermanos, y mis conocidos como extraños se apartaron de mí.
  • Mis parientes se detuvieron, y mis conocidos se olvidaron de mí. 
  • Los moradores de mí casa y mis criadas me tuvieron por extraño; forastero fui yo a sus ojos. 
  • Oh mi Cristo, en nada prospera, el que no está concernido en tu glorioso fin.
  • Porque para el que anhelare la morada eterna, el galardón de su sobrenatural victoria se inicia aquí;
  • para que obre en consonancia, el devenir de los gloriosos días eternos. 

  • Llamé a mi siervo, y no respondió; de mi propia boca le suplicaba.
  • Mi aliento vino a ser extraño a mi mujer, aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.
  • Aun los muchachos me menospreciaron; al levantarme, hablaban contra mí. 
  • Todos mis íntimos amigos me aborrecieron, y los que yo amaba se volvieron contra mi.
  • Oh Rey de reyes, a tu gloria clamé de madrugada;
  • porque ya no era dueño de mi propia fuerza.
  • Sé, oh Señor, que Tú eres el primero y el último, el principio y el fin. 
  • Y es que, nada en mi vida, prosperará sin ti.

  • Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos, y he escapado con solo la piel de mis dientes. 
  • ¡Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mi! Porque la mano de Dios me ha tocado.
  • ¿Por qué me perseguís como Dios, y ni aun de mi carne os saciáis?
  • Oh gran Yo Soy, tus pruebas son para empedernidos valientes.
  • Pensad que los falsarios de la angosta senda, no recibiréis el aprobado;
  • si por ella victoriosamente, no discurriereis. 

  • ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro;
  • que con cincel de hierro y con plomo fuesen esculpidas en piedra para siempre!
  • Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
  • y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; 
  • al cual veré por mi mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.
  • Oh Fiel y Verdadero, tu prueba al genuino discípulo, raya en lo ímprobo; 
  • y su asignación la consuma el más ferviente.
  • Esto es, el que obra con irreprensible celo,
  • entre los siervos consagrados;
  • el que, oh Señor, te es más afin. 

  • Más debierais decir: ¿Por qué le perseguimos? Ya que la raíz del asunto se halla en mí. 
  • Temed vosotros delante de la espada; porque sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias, para que sepáis que hay un juicio.
  • Oh gran Dios, dichoso es el que tu perfecto camino ha podido seguir.
  • Porque el fiel de tu sagrada balanza, hará justicia con la pureza de corazón, del que es tu piadoso hijo.
  •                 Paz de Cristo 

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