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lunes, 9 de octubre de 2023

ÚNICAMENTE EL GENUINO ARREPENTIMIENTO EVITARÁ LA CONDENACIÓN DEL FALSARIO, OH CRISTO

  • La Biblia dice: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 
  • En esto conoced el espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
  • y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 
  • Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. 
  • Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
  • Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.
  • Oh mi Cristo, el espíritu moribundo, 
  • es diametralmente opuesto a tus auténticos hijos consagrados.
  • Porque el que es alienado por lo nuseabundo,
  • sigue los erráticos caminos del inmundo. 
  • Y hace desdén de lo escrito biblicamente,
  • para sumirse en el demoníaco hedor. 

  • La Biblia enseña: Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 
  • Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 
  • Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
  • Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 
  • Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
  • Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 
  • Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
  • El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 
  • Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 
  • En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que  no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. 
  • Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.
  • No como Caín, que era del maligno y mato a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.
  • Oh Santo de Israel,
  • Tú has hecho propicio en tus siervos el don de la fe.
  • Y hemos pasado del larguísimo túnel obscuro, 
  • a ver la admirable luz del gran Rey.
  • Porque al que verdaderamente cree, 
  • en todas sus obras es bendecido.
  • Y de ningún fracaso es objeto,
  • porque Dios del mal le ha preservado.
  • Y es que, por el Omnipotente habéis sido santificados, 
  • y por ende consagrados. 
  • Buscad la conversión de los perdidos;
  • y por ello, tendréis del cielo gloriosas recompensas.

  • La Biblia incide: Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
  • Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
  • Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 
  • En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 
  • Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
  • Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 
  • Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;
  • pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
  • Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios;
  • y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. 
  • Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado. 
  • Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. 
  • Oh Hijo del Hombre, 
  • en tu ministerio público, ninguna senda ancha nos mostraste;
  • porque en tus sagrados pasos vimos inequivocamente la enjuta, y siempre nos persuadió la fe.
  • Y tampoco predicamos, 
  • sin ser sustentados por la misma fe.
  • Porque sin santidad, 
  • nadie obra por fe, y para fe;
  • y es que, en Cristo Jesús, hasta las encrucijadas son hermosas. 
  • Si vosotros sois siervos Cristocéntricos,
  • es porque sois hijos del autor y consumador de la fe.
  • Y toda revelación, oh Señor, nos has ido desencriptando,
  • para que todo los que en tu majestuoso nombre creen, traspasen el umbral del bienaventurado. 
  •              Paz de Cristo 

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