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miércoles, 11 de octubre de 2023

UNO TIENE LA LLENURA DEL SANTO ESPÍRITU, CUANDO TE ESCARNECEN, VITUPERAN Y CRUCIFICAN SIENDO INOCENTE, CON LA ÚNICA RESPUESTA DE TU SILENCIO, OH CRISTO

  • La Biblia dice: ¿Quién ha creido a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?
  • Subirá cuál renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
  • Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
  • Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 
  • Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 
  • Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 
  • Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 
  • Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 
  • Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, no hubo engaño en su boca. 
  • Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 
  • Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 
  • Por tanto, yo te daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. 
  • Oh mi Cristo, en Belén, un palacio fue el pesebre para el que allí nacerá. 
  • ¿A caso no es Dios manifestado en carne al que no reconocemos?
  • ¿Por qué lo desechamos?
  • Nuestra impiedad por Él, a nuestro corazón había corrompido.
  • Sin embargo, nuestro pecados por Él fueron justificados. 
  • Nuestra cobardía más grande mostramos,
  • cuando nadie se decantó en su defensa. 
  • Nadie por Él se sintió piadosamente concernido.
  • Nuestra impia actitud, fue ignominiosa,
  • y hasta lo insospechado despiadada. 
  • Pero a pesar de todo, nos dio vida a los que estábamos muertos en delitos y pecados.
  • Busca el rostro del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, y arrepiéntete de tu séptica iniquidad, si aún puedes.

  • La Biblia enseña: Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 
  • Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 
  • Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. 
  • Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía. 
  • Oh Cristo Jesús, para la gloria de tu santo nombre,
  • todo esto fue lo sucedido. 
  • Pero el mismo Cordero inmolado,  que puso su vida, la tomará.
  • Y ninguno de sus discípulos se compungió, por una acción tan impía.

  • La Biblia constata: Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
  • Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. 
  • Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
  • diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 
  • Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
  • Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta tierra. 
  • Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discipulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
  • y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación. 
  • Oh Rey de reyes, contigo los doce estuvieron;
  • pero no te emularon en la oración. 
  • Sin embargo, todo tu ser se postró, 
  • para pedir al Padre clemencia. 
  • Aunque ningún clamor tuyo fue óbice; un ángel se apiadó de una experiencia tan triste.
  • Y mientras, oh Señor, tu sudor, de sangre tomó forma. 
  • Hasta ahí era manifiesta la suma grandeza,
  • oh gran Yo Soy, de tu piadoso corazón. 

  • La Biblia ratifica: Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 
  • Entonces, espantado y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 
  • Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos?
  • Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo 
  • Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 
  • Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?
  • Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel.
  • Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
  • Y les dijo: Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
  • Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;
  • y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;
  • y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 
  • Y vosotros sois testigos de estas cosas. 
  • He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. 
  • Oh gran Dios, tus cielos están abiertos. 
  • Tú eres el Eterno, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo. 
  • De nada valen los humanos razonamientos;
  • cuando sé, que en el único Dios Cristo Jesús, me sustento. 
  • Porque a los que padecen incredulidad, tus heridas de crucificado tienes que mostrarles.
  • ¡Bienaventurado el que creyere sin ver! 
  • Porque, oh Santo de Israel, 
  • esto vervalizaste a los que fueron incrédulos. 
  • Y les tuviste que recordar tus preceptos sagrados.
  • Y también tus enseñanzas bíblicas, 
  • para que el que en tu majestuoso nombre no se gloría, 
  • se gloríe en tu suma fe.
  • Oh Santo, estas son tus manifestaciones majestuosas,
  • de las que indubitablemente nos habla tu eterno santuario. 
  •              Paz de Cristo  

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