SER UN ADORADOR, ES SERVIRTE CON GOZOSA ABNEGACIÓN, OH CRISTO

• Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 
• Pero no será así entre vosotros, sino el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
• y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.
• Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
• Oh mi Cristo, los que vayan en pos de tu santidad, 
• te profesarán solemne adoración, oh Salvador,
• al ser de gracia revestidos.
• Oh Hijo del Hombre, grandiosa prerrogativa nos concerniste de ser tus verdaderos hijos. 
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• Jesús explicita: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio,
• que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna. 
• Pero mucho primeros serán postreros, y los postreros, primeros. 
• Oh Santo, sólo Tú nos puedes hacer partícipe de tan inusitado privilegio, 
• al que morare en tu excelsa gloria;
• por seguirte por la angosta senda, con tus auténticos siervos. 
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• Jesús, enseña: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 
• De cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 
• El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 
• Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. 
• Oh Rey de reyes, el profundo conocimiento de tu Sagrada Palabra, es el que nos ha santificado. 
• Pero únicamente perseverando hasta el fin, traspasaremos por tu inconmensurable misericordia, oh Señor, el umbral del cielo.
• Y nada nos lo impedirá;
• porque será tu gloriosa diestra, la que nos arrebatará.
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• La Biblia incide: Pero esto os digo, hernanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
• He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 
• en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán rescatados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 
• Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad,
• entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
• ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
• ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.
• Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 
• Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 
• Oh Santo de Israel, gracias te damos por tu redención y justificación. 
• Porque sin tu nuevo pacto de la gracia; no podíamos haber sido en tu majestuoso nombre santificados, 
• y consagrados. 
• Y plenos de santidad, 
• nos regocijaremos en la sagrada memoria,
• en el arrebatamiento de eterna gloría, 
• que consumará nuestro Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo el gran Rey.
• Y es el Santo Espíritu, 
• con su gloriosa presencia, el que nos ha dado revelación de la Sagrada Escritura, para que se cumpla el anhelo del ferviente adorador, que por fe siente la gloria de ser salvo. 
•                Paz de Cristo