- Entonces respondió Job, y dijo:
- Oid atentamente mi palabra, y sea esto el consuelo que me deis.
- Toleradme, y yo hablaré; y después que haya hablado, escarneced.
- Oh mi Cristo,
- a tu santo nombre está asida mi esperanza; porque todas las hordas de impíos, resistir tal infamia podréis.
- Pero en tu sublime gracia, oh Señor, siempre me he de fortalecer.
- ¿Acaso me quejo yo de algún hombre? ¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
- Miradme y espantaos, y poned la mano sobre la boca.
- Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, y el temblor estremece mi carne.
- Oh Altísimo Cristo,
- salvo será el que te invoca,
- porque subyace de su corazón palpitante.
- ¿Por qué viven los impíos, y se envejecen, y aun crecen en riquezas?
- Su descendencia se robustece a su vista, y sus renuevos están delante de sus ojos.
- Sus casas están a salvo de temor, ni viene azote de Dios sobre ellos.
- Oh Santo de Israel, son tus bíblicas enseñanzas,
- las que nos ciñen de los poderes gloriosos,
- al fundamentarlos en tus espituales propósitos.
- Sus toros engendran y no fallan; paren sus vacas, y no malogran su cría.
- Salen sus pequeñuelos como manada, y sus hijos andan saltando.
- Al son del tamboril y de cítara saltan, y se regocijan al son de la flauta.
- Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol.
- Oh Hijo del Hombre, ¿quién es verdaderamente el que en tu majestuoso nombre se gloría?
- No es de recibo que sean los falsarios que te están injuriando.
- Y es que, en esta distorsión se mueve la chusma farisaica;
- que es a tu Sagrada Palabra, oh Señor, diametralmente opuesta; desde donde sale, hasta donde se pone el sol.
- Paz de Cristo
martes, 31 de octubre de 2023
JOB 21:1-3 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario