Oh Cristo, desde la Eternidad
has llenado de Gracia tu Iglesia, con un aguacero de bendición.
Y la catarata Celestial de Santidad,
ha diluviado con gran estruendo tu gozo, deleitándose nuestro corazón.
Escogidos para la Gloria!!!
Sí, oh Señor,
derramaste tu Sangre Preciosa, para darnos la Victoria.
Y esculpiste en nuestro espíritu la belleza del amor.
El doloroso suceso de tu Inmolación, oh Cristo Jesús,
nos dio a conocer la Santa Verdad.
Rodeados fuimos de Luz,
para ajusticiar a la abominable oscuridad.
Sería de una perturbada insolencia,
obviar esta grandiosa Salvación, que nos ha regalado tu Misericordia.
oh mi Cristo, nos has legado toda Magnificencia,
para entrar en la Eternidad de tu Gloria.
Insta a tiempo y fuera de tiempo;
para lo que ojo no vio, pueda ver.
Y te adoraremos, oh Señor, en tu Trono Eterno,
que dará Vida a nuestro ser.
Paz de Cristo
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