Oh Cristo Jesús , fuente Eterna del manantial Sagrado,
has transformado en Vida de pureza mi existencia.
Da el sí, y niégate a ti mismo;
para ser digno de su Santa Excelencia.
Deja a Cristo, acariciar
lo más profundo de tu intimidad.
Usa su perfume para amar.
Él nos amo en grado sumo, en el Misterio de la Piedad.
Dejó su Trono en el Cielo,
y se despojó de toda Divinidad.
Se hizo obediente hasta la muerte, y en su oscuridad le sepultó;
para ser el Santo de Israel Resucitado, que habita la Eternidad.
El resplandor de su Gloria,
ilumina el Universo.
Mi alma es salva en la memoria
del Señor de señores, que creó lo Eterno.
Tú, oh Señor, eres lámpara a mis pies,
y lumbrera a mi camino.
Quiero ser de tu linaje, oh mi Cristo, entre los irreprensibles.
Y arrebatado en las nubes, vestido de Santísimo lino.
Paz de Cristo.
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