El misterio del crecimiento,
sólo lo ve Cristo Jesús.
Él ausculta el tiempo,
y edifica con la pericia de su Omnisciente Luz.
El milagro del Señor,
nos ciñe el fundamento
que da Vida al amor:
Él hace real la invisibilidad del sentimiento.
La semilla se transformo
en un árbol de alabanza;
porque el Señor,
la tocó con su Mano Santa.
Eleva tu alma,
para que sea perfecta en Jesucristo.
Clama al Cielo Eterno, y será llena
de su Santo Espíritu.
Negarse asimismo
es una manifestación pura,
de buscar al Altísimo,
en su perfecta estatura.
Paz de Cristo.
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