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domingo, 10 de junio de 2018

LA COMPASIÓN DEL SILENCIO EN CRISTO

Oh Cristo, un grito fue tu silencio, 
que brotó del corazón. 
No hubo nunca tan execrable suplicio, 
que derramó más compasión.

Oh Cristo Jesús, en tu mirada no hubo desprecio,
por cada latigazo infligido.  
Restallidos de lamento, 
del látigo salieron al azotar tu cuerpo zaherido. 

Oh Señor Jesucristo, tus pasos Sagrados, 
dejaban huellas de Redención. 
La oscuridad de los desalmados, 
se hizo Luz en tu perdón. 

Oh Señor Jesús, sé consumo el Sacrificio
del Cordero de Dios. 
Quitaste del mundo el pecado del maligno, 
y venciste a las tinieblas de los lobregos abismos. 

Oh Rey de reyes y Señor de señores, visitaste en la noche de tu sepultura, 
las entrañas del hades. 
Y fue tu Resurrección, la Salvación del alma moribunda; 
ante el arrepentimiento, oh Redentor, de depuestos pecadores. 
                   Paz de Cristo 


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