La vida es efímera;
si parpadeas apartas la mirada de Cristo.
Cada segundo cuenta,
al ser cautivo de su Espíritu.
El cristiano corazón
está vivo en el Señor.
Alarma en cada latido, he dispuesto en la prisión,
para permanecer asido a su amor.
Creer en Jesucristo,
le da fragancia al aire que respiras.
Te sientes por Él amado,
al recibir de su brisa Santa las caricias.
La alborada, preside el despertar,
oh Señor, de la adoración en espíritu y en verdad.
Es la hora de amar,
al Rey de la Gloria,con sentimiento de Eternidad.
El relámpago deslumbra la visión,
y estremece el alma.
Oh Jesús bendito, derramarás sobre nosotros la misericordia del perdón,
cuando raye el alba.
Paz de Cristo.
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