Oh Cristo, la incertidumbre,
se convierte en una inmensa tiniebla.
Solo en tu Nombre,
consumado es el milagro, al ser por fe invocado en la Palabra.
Oh Cristo Jesús, las pruebas son manifiestas,
ante nuestra sorpresa.
Las oraciones, deshacen del maligno sus inicuas obras,
para agradar al Sumo Creador de la Gloria Eterna.
El principio de la sabiduría es el temor de Dios;
y blinda la integridad del corazón.
Sobre tus años pasados,
Él ha derramado su Santa Unción.
Oh Señor Omnisciente, tu supremo pensamiento,
engranó con gran sabiduria el sol y la sombra.
Del Señor Soberano es el Reino,
que alarga y acorta con medidas exactas tu vida misteriosa.
Oh Salvador, desde mi altar,
al Cielo se han elevado ofrendas de Santidad.
Genuflexa el alma ha de perseverar,
y anhelar con adoración, oh Redentor, tu Eternidad.
Paz de Cristo
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