Oh Cristo, en mi debilidad
se perfecciona tu poder.
Y nos guardará la Eternidad;
porque de Gracia, recibimos el don de creer.
Oh Cristo Jesús, en tu seguridad,
se hace visible nuestra fragilidad.
En el cenit de la Verdad,
se consumará la substantiva unidad.
Oh Señor Jesucristo, muchos serán los llamados,
y pocos los escogidos.
A tu Diestra estamos asidos;
para ser por la Gloria, con coronas bendecidos.
Oh Redentor, el Universal Templo de Unicidad,
es nuestra fortaleza.
Tened firme el cetro de Santidad;
y con fe se hará real la promesa.
Oh Salvador, del camino
superamos todos los obstáculos.
Oremos sin cesar, para morar
en el Lugar Santísimo.
Oh fuego Sagrado, reviste de blanca pureza a los que están unanimes juntos en tus pentecostales atrios.
Oh Fiel y Verdadero, tus Eternos Mandamietos,
los cumplimos con desvelo.
Oh Señor, las fuerzas que nos has dado, esas administramos,
para abrir las puertas del Cielo.
Oh Señor Omnipotente, de la Iglesia unida, cada congregación
es su Santo refugio.
Ensancha de amor tu corazón,
y predica hasta lo último de la Tierra el Evangelio de Jesucristo.
Paz de Cristo
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