Oh Señor, eres Pan de Vida Eterna,
tu trigo inmaculado,
sin cizaña,
sacia el alma del bienaventurado.
Vives en el interior de Cristo;
porque al ser bautizado,
el agua pura limpió tu espíritu;
y de Él estás revestido.
No deslices tu pie,
el abismo siempre está presente.
El pecado parece inerte;
pero en su insospechada naturaleza está latente.
Descubrimos en nuestra efímera existencia,
lo que diseñó Jesucristo,
en la Excelencia
en la Excelencia
de su Eterno Espíritu.
La Salvación es un excelso regalo,
que nos hace completos en el Señor.
Él nos diseño un hermoso Cielo;
pero para llegar a su umbral angosto, todas las pruebas has de superarlas con amor.
Paz de Cristo
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