Oh Cristo, el mundo está envuelto en tinieblas.
Observar el parpadeante
brillo de las estrellas,
brillo de las estrellas,
nos resulta imposible,ante la oscuridad reinante.
La noche sepulcral,
se reconoce en el insalubre maligno.
Su olor es séptico e infernal;
guárdate en el Edén fragante del Señor Celestial.
Vetad al innombrable,
que distorsiona la Verdad;
sitúa en lo loable,
la siniestra perversidad.
La red inicua te atrapa,
no ves salida de la trama reprobable;
pero Jesucristo, vino a liberarte,
y te mostró la inconmensurable Palabra de Eternidad.
Sed valientes,
tened longanimidad en Cristo.
Recuperad las perfectas simientes
de vuestra heredad; y seréis de Salvación en el Santo Espíritu.
Que vuestro nombre se vea escrito,
en el incorruptible Cielo,
con la Luz admirable de nuestro Señor Jesucristo;
es propio de un exultante corazón, en el que habeis guardado un irreprensible tesoro.
Paz de Cristo
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