En el concepto del presente,
oh Cristo, no eres visible, por un número indeterminado de seres humanos.
La contumacia del corazón es recurrente;
y tu Palabra es negada, por prejuicios mundanos.
La sobredimensión concedida,
por la multiforme Gracia del Señor,
en tu amada Iglesia, ha sido siempre percibida;
e invitamos al inconverso, a que tenga el conocimiento gozoso del amor.
Mía es la venganza,
dice el Señor, yo pagaré.
Nadie va a solapar su vileza;
porque no hay acepción de personas. Jesucristo, en su Omnisciencia, todo lo ve.
Oh Señor,
en ti no existe discriminación.
Tu Palabra, discierne la distancia, entre el pensamiento,
y la intención del corazón.
Todo es manifiesto, oh Señor Jesucristo, en tu presencia.
Desnuda se muestra el alma;
para ser por su inocencia salva,
o por la maldad, el infierno su condena.
Paz de Cristo
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