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viernes, 29 de octubre de 2021

EL PERVERSO SER HUMANO, DIAMETRALMENTE CONTRARIO A TU VERDAD, OH CRISTO

  • Oh mi Cristo, 
  • tu santísima verdad, en nada es coincidente con el pensamiento inicuo del ser humano.
  • Oh Altísimo,
  • derrama tu shekina sobre toda carne, para proscribir de la faz de la tierra al que con su inmundicia la ha asolado.

  • La Biblia dice: Oíd, cielos, y escucha tú, tierra, porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. 
  • El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento. 
  • Oh Fiel y Verdadero, han censurado tu fidelidad, la han desechado al fin;
  • y nada conmueve a su obscuro pensamiento.

  • La Biblia enfatiza: ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás. 
  • ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
  • Oh Alto y Sublime, los cielos de los cielos no te pueden contener; y sin embargo el pueblo elegido, por tu excelsa diestra no se deja doblegar.
  • ¿Por qué, oh Señor, es tan séptica su simiente?

  • Jesús, dijo: ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 
  • Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira de suyo habla; porque es mentiroso y padre de mentira. 
  • Oh Sumo Alfarero, en tu perfecta creación universal; ¿qué abyecto ejemplo el maligno quiere dar, a la humanidad conversa e inconversa?
  • ¿O qué gana el diablo, con su maldita deriva?

  • Jesús, asevera: He aquí yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. 
  • Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y él nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 
  • Oh Sumo Salvador, serán tus siervos íntegros; y no otros, sino los que tengan absoluta obediencia a tu Sagrada Escritura;
  • únicamente ellos, abrirán la puerta de la salvación en el día postrero. 
  •                    Paz de Cristo 

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