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viernes, 22 de octubre de 2021

LA PRUEBA, PURIFICACIÓN EN CRISTO

  • Oh Cristo Redentor, 
  • la prueba sin parangón fue a la que te sometiste en la cruz del Calvario. 
  • Porque nadie a dado más amor,
  • que el que nos ofrendó tu glorioso santuario.

  • La Biblia dice: Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 
  • Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 
  • Oh mi Cristo, a todas tus pruebas se someterá el que en ti confía;
  • porque su alma a tu santo nombre se ha consagrado. 

  • La Biblia enseña: Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 
  • Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
  • Oh Santo de Israel, completos estamos en tu sobrenatural presencia;
  • porque tus favores y misericordias nos bendicen cada mañana.

  • La Biblia constata: Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 
  • En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 
  • Oh Sumo Alfarero, en tu rueda perfecta, no ha lugar lo espiritualmente moribundo;
  • pero la naturaleza del ser humano, navega a la deriva en el fango nauseabundo.

  • La Biblia enfatiza: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! 
  • Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ver si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno.
  • Oh Soberano Señor y Salvador Jesucristo, guarda de toda iniquidad el corazón de los que somos tus genuinos siervos;
  • porque ver tu santa faz, oh gran Yo Soy, es nuestro mayor anhelo.
  •                         Paz de Cristo 

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