NINGUNA OTRA COSA TIENE VALOR, SINO TUS FRUTOS EN CRISTO

• Jesús, dijo: Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 
• Así que, por sus frutos los conoceréis.
• De los piadosos es el gozo del Eerno,
• que por Él os será aumentado; si postrados a sus pies siempre estuviereis. 
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• Jesús, enseña: Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 
• Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 
• Oh Soberano Señor y Salvador Jesucristo, los que dan pábulo a la impiedad, no son dignos de ti;
• porque su pensamientos están en las cosas de la carne, que para seguirte fielmente han de aborrecer.
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• La Biblia dice: Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad) comprobado lo que es agradable al Señor. 
• Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
• Dios es amor.
•  Y nada ni nadie podrá suplir la gracia del Fundamento. 
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• La Biblia constata: No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 
• Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 
• Oh Sumo Creador, el libro de la vida nuestra santas obras refrendará;
• y al fin podremos morar, en el paraíso de la luz plena.
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• La Biblia asevera: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra estas cosas no hay ley.
• Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 
• Oh gran Rey,
• tus genuinos heraldos hemos sembrado tu semilla sagrada por toda la tierra; pero el sobrenatueal crecimiento es dado por tu excelsa diestra, para los que han de traspasar el umbral de los perfectos siervos. 
•                     Paz de Cristo