- Oh mi Cristo,
- de nuestra alma has de raer, hasta el más ínfimo pecado.
- Porque el que contristare al Santo Espíritu.
- no recibirá el glorioso galardón del bienaventurado.
- Oh Soberano Redentor,
- En la cruz del Calvario, diste tu vida por todos los que te escarnecieron con su infame ofensa.
- Y, oh mi Cristo, fue tal tu amor,
- que únicamente salió de tu boca un majestuoso perdón como respuesta.
- La Biblia dice: Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
- Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
- Oh Santo de Israel, por tu amor seremos revestidos,
- para guardarnos en tus grandiosas bendiciones.
- Oh Alto y Sublime,
- de la ignominiosa mentira, viene la perversa doblez.
- Y habrás de permanecer en Cristo firme,
- para que el maligno en su asechanza, no sea un intruso que menoscabe tu fe.
- Oh gran Yo Soy, de la gracia recibida, damos de gracia;
- porque tu reino nos ha transformado en siervos inexpugnables.
- Y nuestros nombres, oh Señor, cincelaste en tu excelsa diestra,
- para dar testimonio de tus prodigios inefables.
- Paz de Cristo
domingo, 3 de octubre de 2021
NO PERMITAS LAS INDIGNAS DOBLECES DE LA CARNE EN CRISTO
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