LA ADORACIÓN, PRUEBA INDUBITABLE DEL QUE ESTÁ EN CRISTO

• Jesús, enseña: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 
• Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 
• Oh Santo de Israel, tu pisada sagrada es indeleble para los que en ti creen;
• pero pasa inadvertida, para los que de tu Palabra hacen desden; y sus gloriosos versículos desconocen.
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• Jesús, constata: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. 
• Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 
• Oh Alfa y Omega, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
• Y no es otro, sino Tú, oh mi Cristo, el que da eterno  crecimiento a la semilla, que con denuedo sembraren tus genuinos predicadores.
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• Jesús, dijo: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 
• Rogad, pue, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
• Oh Sumo Hacedor, Tú multiplicarás exponelcialmente a tus heraldos, al ser coincidentes con tus santísimos propósitos.
• Y es que, de tu excelsa diestra dependerá; que con su gloria, aunque fuere a uno, le concernieres.
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• Oh Cristo Redentor,
• los clavos que traspasaron tus pies y tus manos en la cruz del Calvario, por el martirio infligido, supuso el quebrantamiento del siervo que fue cautivo de la fe.
• Y tan grandioso, oh Alto y Sublime, fue tu amor;
• que tuvo la transcendencia de dar credulidad al que espiritualmente no ve.
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• Oh Fiel y Verdadero,
• el culto que te profesa tu amada Iglesia, no finalizará al ser despedida a su término, sino que ha de proyectarse, sin ningún impedimento hasta lo último de la tierra.
• Y será en el día postrero, 
• cuando conocerá, oh Rey de reyes y Señor de señores, tu sobrenatural recompensa. 
•                 Paz de Cristo