- Escuchad, cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca.
- Goteará como la lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío mi razonamiento; como la llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la hierba;
- Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios.
- Oh mi Cristo, el siervo que tu majestuoso nombre invoca,
- proclamó solemnemente tu alabanza,
- para el piadoso corazón de los santificados.
- Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto.
- La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa.
- Oh Fiel y Verdadero,
- únicamente los oídos santos, interiorizan la Sagrada Palabra.
- ¿Así pagáis a Jehová, pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? Él te hizo y te estableció.
- Acuérdate de los tiempos antiguos, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te declarará; a tus ancianos, y ellos te dirán.
- Oh Rey de la gloria, ¿tu instrucción celestial a quién conmovió?
- Y los de dura cerviz, ¿a cuantos pervertirán?
- Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, estableció los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel.
- Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó.
- Oh Sumo Hacedor, ¿por qué tu pueblo escogido, mostró siempre su rebeldía ante la fe?
- ¿Y en su búsqueda irrenunciable e incesante, la séptica inmoralidad secundó?
- Paz de Cristo
martes, 21 de noviembre de 2023
DEUTERONOMIO 32:1-3 EN CRISTO
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