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sábado, 25 de noviembre de 2023

PROVERBIOS 3:21-23 EN CRISTO

  • Hijo mío, no sé aparten estas cosas de tus ojos; guarda la ley y el consejo,
  • y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello.
  • Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará.
  • Oh mi Cristo, 
  • por el camino angosto, 
  • tu auténtico siervo se salvará.

  • Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato.
  • No tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere, 
  • porque Jehová será tu confianza, y él preservará tu pie de quedar preso.
  • Oh Santo, 
  • el que de tu excelsa diestra se asiere,
  • se someterá a tu bíblico precepto.

  • No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo.
  • No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo que darle.
  • No intentes mal contra tu prójimo que habita confiado junto a ti.
  • Oh Fiel y Verdadero, 
  • tu vida diste en la cruz, humillándote;
  • para que en el día postrero, nuestra salvación se consumara al fin. 
  •  
  • No tengas pleito con nadie sin razón, si no te han hecho agravio. 
  • No envidies al hombre injusto, ni escojas ninguno de sus caminos.
  • Porque Jehová abomina al perverso; mas su comunión íntima es con los justos. 
  • Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, 
  • únicamente tuyos son los gloriosos designios;
  • cuyo inmarcesible valor de eternidad, 
  • sólo se lo han dado tus consagrados discípulos.

  • La maldición de Jehová está en la casa del impío, pero bendecirá la morada de los justos.
  • Ciertamente el escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia. 
  • Los sabios heredarán honra, mas los necios llevarán ignominia. 
  • Oh Sumo Formador, los siervos que probaron su óptimo pulso al timón del arado, inequívocamente hicieron surcos rectos.
  • Los que se esforzaron y fueron valientes, siempre tuvieron una humildad desmesurada. 
  • Ningún probo heraldo será objeto de la asechanza demoníaca, que indefectiblemente le llevaría al obscuro abismo de la estulticia. 
  •               Paz de Cristo 

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