- Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano.
- Porque yo alzaré a los cielos mi mano, y diré: Vivo yo para siempre.
- Si afilare mi reluciente espada, y echare mano del juicio, yo tomaré venganza de mis enemigos, y daré la retribución a los que me aborrecen.
- Oh mi Cristo,
- tu bendición es tan reluciente,
- que a las oscurecidas mañanas esclarecen.
- Embriagaré de sangre mis saetas, mi espada devorará carne; en la sangre de los muertos y de los cautivos, en las cabezas de larga cabellera del enemigo.
- Alabad, naciones, a su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, y tomará venganza de sus enemigos, y hará expiación por la tierra de su pueblo.
- Oh Altísimo,
- inescrutable es tu eterno designio.
- Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué Hijo de Nun.
- Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel;
- y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley.
- Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordan, para tomar posesión de ella.
- Oh gran Yo Soy, tu Sagrada Palabra es in aeternum,
- porque, oh Eterno, Tú eres per sé.
- Y es tu genuina grey,
- oh Señor, la que hasta lo último de la tierra anunciará tu verdad excelsa.
- Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira a la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
- y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo;
- por cuanto pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.
- Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.
- Oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo, Tú eres el autor y consumador de la fe.
- Nadie podrá tomar el nombre de Dios en vano;
- y nunca se agradará así al Omnipotente;
- porque desde la eternidad y hasta la eternidad toda la gloria es para Él.
- Paz de Cristo
jueves, 23 de noviembre de 2023
DEUTERONOMIO 32:39-41 EN CRISTO
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