- Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño,
- te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios.
- Oh mi Cristo,
- todo lo resuelven tus consejos sabios.
- Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo.
- No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento;
- escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos.
- Oh Cristo Altísimo,
- Tú provees de entendimiento al genuino siervo,
- del oprobio de los inmundos zarpazos.
- Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio;
- la cual no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,
- prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
- Oh Señor Soberano,
- a tus auténticas semillas nunca las adulterará el impostor,
- porque a cada una le ceñiste su singular revestimiento.
- Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
- Un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo;
- así vendrá tu necesidad como caminante, y tu pobreza como hombre armado.
- Oh Fiel y Verdadero,
- a tu santo nombre nunca invocará el ocioso;
- porque para este sacrificio de alabanza, es condición indispensable que previamente se haya santificado.
- Paz de Cristo
lunes, 27 de noviembre de 2023
PROVERBIOS 6:1,2 EN CRISTO
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