- La Biblia dice: Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.
- Porque ya sabéis que instrucciones os dimos por el Señor Jesús;
- pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación;
- que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
- no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios;
- que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.
- Pues no os ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
- Oh mi Cristo, por tu gran misericordia, en la celestial pureza nos sustentarás.
- Y del precepto bíblico, con su sobrenatural luz,
- seremos objeto de una grandiosa bendición.
- Porque con ferviente amor,
- profesaremos ser siervos consagrados,
- y guardaremos nuestro matrimonio, con la irrenunciable gracia del bienaventurado;
- porque este ha de ser el imprescindible punto de sazón.
- La Biblia enseña: Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.
- Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
- El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
- El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
- Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
- Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
- Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
- Os escribo a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
- No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
- Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo.
- Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Oh Altísimo,
- tu gloria, hasta en lo más ínfimo, es absolutamente manifiesta.
- Y es en tus enseñanzas preceptivas,
- donde se glosa el devenir eterno.
- Pero es tu ubicuidad la que creó y habita en la universalidad de todos y cada uno de sus elementos,
- oh Hijo del Hombre.
- Y es que, el velo del templo Tú rasgaste,
- para poder quebrantar nuestro espíritu en el Lugar Santísimo.
- Porque los siervos que adoramos al autor y consumador de la fe,
- en la revelación de su Sagrada Palabra hemos podido percibir que los santos morarán en la celestial gloria, y los inicuos en la vergüenza y confusión del que sostuvo el espíritu moribundo,
- indolentemente.
- Paz de Cristo
domingo, 12 de noviembre de 2023
ÚNICAMENTE EL QUE TIENE PUREZA ESPIRITUAL VIVE EN CRISTO
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