- Sus nobles fueron más puros que la nieve, más blancos que la leche; más rubios eran sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro.
- Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles; su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.
- Oh mi Cristo, nadie presagiaba este sórdido destino;
- que tan execrable fuera el devenir, de tan glorioso pasado.
- Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por hambre; porque estos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.
- Las manos de mujeres piadosas comieron a sus hijos; sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.
- Cumplió Jehová su enojo, derramó el ardor de su ira; y encendió en Sion fuego que consumió hasta sus cimientos.
- Oh Hijo de Hombre, nadie puede hacer desdén de tu excelsa diestra;
- y es que, cuando vierte la tormenta perfecta llevada al extremo,
- se enfurecen con estrépito todos los vientos.
- Nunca los reyes de la tierra, ni todos los que habitan en el mundo, creyeron que el enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.
- Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de sus sacerdotes, quienes derramaron en medio el ella la sangre de los justos.
- Oh Santo de Israel,
- no diste más tregua, a los que teniendo que dar ejemplo fueron viles profanos.
- Paz de Cristo
domingo, 19 de noviembre de 2023
LAMENTACIONES 4:7,8 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario